Salió de su empobrecida Tucumán, aquella del Congreso histórico de 1816, de la independencia del imperio español. Reprodujo canciones populares que representaban la geografía y la cultura de los marginados y olvidados. Durante las dictaduras su voz afectaba a los “de facto”, el exilio fue la consecuencia.
La continuidad del poder desaparecedor, comenzado con la triple A en 1974, llega a su fin. En 1983, junto a León, Jairo, Víctor, entre otros, ponen su arte musical para apoyar la democracia posible, cercana, construible.
Raúl recita memorísticamente el preámbulo de la olvidada Constitución, los derechos vuelven a ser Derechos, los DDHH se reclaman y pueden practicarse. Hicieron historia juntos, y prácticamente juntos “se van”.
Las tragedias griegas siempre regresan, en medio de la mediocridad general y un retroceso en cuanto a la acción democrática, el mismo año se “van”.
Las pérdidas nos hacen tomar consciencia de la democracia que no fue, que sólo duró o hicimos durar algunos años, y la democracia como poder del pueblo sigue postergada por quienes se ponen la máscara de ella.
Como otra variable política de la economía dominante, que simplemente muta sus formas políticas de dominación. Son diversas y múltiples las formas de lucha y resistencia, entre ellas el arte, como el que ella utilizó en defensa de los Derechos de quienes querían ser ciudadanos, de los Derechos Humanos de quienes fueron despojados, hasta de los más elementales.
Su música y su voz seguirán.
HERÁCLITO
(Publicado el 7/10/2009 a través de windows Live Spaces)
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